Columna de opinión por Verdical.
El crecimiento sostenible y la mejora en la calidad de vida de los habitantes de Antofagasta se han convertido en imperativos ineludibles en la agenda de la ciudad. Con un potencial natural extraordinario, nuestra región está llamada a liderar las transformaciones que nuestro planeta demanda. En medio de desafíos globales como las variaciones de temperatura y la escasez de agua, Antofagasta se erige como un laboratorio de experimentación y adaptación de tecnologías futuras. Sin embargo, es crucial que estas transformaciones vayan de la mano del desarrollo de las competencias de quienes habitan esta región.
Aunque Antofagasta avanza, aún enfrenta desafíos pendientes, desde la gestión de residuos hasta la contaminación, que requieren una atención especial. Este año electoral se presenta como una oportunidad trascendental para escuchar las propuestas medioambientales de los candidatos a futuras autoridades de nuestra región.
La elección de liderazgos comprometidos con la sostenibilidad puede marcar la diferencia en la resolución de estos desafíos, ofreciendo la posibilidad de implementar políticas y programas efectivos que impulsen un cambio significativo en la dirección hacia una región más sostenible.
En la línea de estos desafíos, en Verdical hemos estado colaborando estrechamente con diversas comunidades del territorio. Nuestro objetivo es recoger una visión de largo plazo que trace el camino hacia una región más verde y sostenible. Durante los últimos 5 años, hemos consolidado estrategias de formación, creando agentes de cambio comprometidos con la mejora de su entorno, ciudad y planeta. Estos agentes no solo entienden la urgencia de actuar, sino que también contagian su compromiso, generando un efecto multiplicador que motiva a otros a sumarse a la causa.
La propuesta de Verdical para el 2024 se centra en empoderar a agentes de cambio de todas las edades en nuestra región, buscamos proporcionar herramientas y habilidades que permitan la multiplicación de iniciativas, desde acciones simples como reciclaje y huertos urbanos hasta propuestas más innovadoras.
Es evidente que la región debe tomar medidas concretas para mitigar el impacto del cambio climático y prepararse para sus efectos. Esto implica la inversión en tecnologías limpias, la protección de los recursos naturales y la promoción de la educación sobre el cambio climático en nuestra región.
En el 2024, Antofagasta se encuentra en una encrucijada decisiva. La elección de autoridades y el compromiso colectivo determinarán el rumbo hacia un futuro más sostenible en nuestra región. La tarea está en nuestras manos, y juntos podemos forjar el Antofagasta del mañana, un lugar donde la sostenibilidad y la calidad de vida se entrelacen en un equilibrio armonioso.
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