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La Mujer en la Ventana: un filme cuidadoso de estilo giallo

El periodista Gino Solari analizó esta semana la película "La mujer en la ventana" de Netflix.

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Gino Solari

La Mujer en la ventana (2021, Joe Wright) es una película basada en el libro homónimo de AJ Finn de 2017 que ha recibido gran cantidad de críticas y vaya qué críticas. En muchos casos la han destrozado por tratar de generar una cercanía con “Rear Window (1954)” del maestro Hitchcock, pero la verdad, desde mi punto de vista, es que este filme, cuidadoso, pretensioso y de gran valor para la gente que le gusta el cine, es más un cine giallo (género narrativo italiano de suspense y terror, thriller, detectives, cierto surrealismo y crimen).

Es cierto, el director de gran trayectoria, Joe Wright (El instante más Oscuro, 2017; Anna Karenina, 2012; Orgullo y Prejuicio, 2005), emplea el mismo juego fetichista que realiza Hitchcock en su Ventana Trasera, otrora película donde LB “Jeff” Jefferies (James Stewart) está confinado en una silla y comienza a escudriñar la vida de sus vecinos, hasta que llega el punto de quiebre que nos permite adentrarnos al suspense: un posible asesinato en uno de los departamentos.

En el caso de la Mujer en la Ventana, la doctora Anna Fox (la espectacular Amy Adams) sufre de agorafobia (miedo o ansiedad a lugares que puedan causar pánico, como espacios abiertos o cerrados). Está fuertemente medicada y agrega a su rutina una gran cantidad de alcohol y muchas películas clásicas.

Anna decide encerrarse en su hermoso y a la vez surrealista departamento ubicado en un sector de clase alta en Nueva York, desde donde avista la vida de los demás en el exterior a través de su ventana, por medio de un binocular, hasta que presencia un posible asesinato en la cada de enfrente, en el hogar de los Russell, una familia que acaba de llegar al barrio.

Todo parece indicar que el director planea una oda a Hitchcock. Sin embargo, el argumento comienza a tener más tintes de slasher (cine de terror que viene de la palabra slash (cuchillada o corte), pero más acentuado y enmarcado en el cine italiano giallo. Por lo tanto, La Mujer en la Ventana es un filme más cercano a Darío Argento o a Bryan de Palma incluso, más que al propio Hitchcock.

UN CINE PARA EL CINE

Está más que claro que a no todos les gustó este filme y la crítica lo dice. Pero da la sensación que, a pesar del disfrute o rechazo de la obra, el director se lo pasó de maravilla rodando las escenas. Cabe decir que esta película es muy accidentada, costó que saliera, tuvo problemas de financiamiento, hasta que Netflix la compra y la exhibe.

Joe Wright demuestra que es un excelente director. Cada escena es manejada con sumo cuidado, los colores se asoman con la luz del exterior y los planos son verdaderas pinturas. Una teatralización del cine. La casa ayuda mucho a la película porque es muy enigmática, es casi un personaje mas que guía a la protagonista por sus pasajes tan confusos como la propia mente de la doctora Fox. Son pisos y escaleras interminables, que van desde un oscuro sótano donde vive un inquilino, hasta un tenebroso tragaluz que da a la azotea.

El claroscuro predomina en el filme que tiene una gran puesta en escena. Incluso da la sensación que esto es aún más fuerte que el propio guion. Es muy visual. La gracia de este filme es que se cuenta desde el punto de vista de Anna, una mujer que es juzgada precisamente por su juicio, por lo tanto, la película completa está sometida a dudas, es decir, qué es real y qué no.

A este argumento, el director le agrega surrealismo, imágenes que van y vienen, dando a entender que la realidad y la imaginación están de la mano. Thriller psicológico puro en donde pareciera que el deterioro mental está presente.

Es un relato impresionista, de claroscuro, donde la cadencia, el ritmo se interpone por la perfecta relación entre planos. La emoción es un elemento central, así podemos ver la interpretación de Amy Adams y de Gary Oldman, exagerados, estéticos, haciendo exterior su realidad interior.

Es, precisamente, un thriller entretenido, que no aspira a acercarse a la Ventana Indiscreta de Hichtcock, pero que sí tiene un guion que le permite jugar por muchos conceptos de cine, es decir, desde mi punto de vista, es una película que expresa un amor por el cine.

Además, tiene un reparto que se lo querría cualquiera. La misma Adams, Gary Oldman, Julianne Moore, Jennifer Jason Leihg y un joven y talentoso Fred Hechinger y, por cierto, el terapeuta de la doctora Fox es Wyatt Russell, quien también es el guionista de la obra.

Yo la defiendo, me parece un deleite a la vista.

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